domingo, 15 de mayo de 2011

¿vas a estar aquí cuando se ponga el sol?

El invierno se le hizo eterno, y aún cuando había terminado seguía sintiendo su presencia. Aunque viese los árboles llenos de flores, su jardín cubierto de amapolas que le gritaban un "¡sonríe!" todas las mañanas, aún sentía el invierno en sus huesos y en su respiración entrecortada. Echaba de menos ver cómo se le ponía la piel de gallina al tumbarse en el césped, echaba de menos sentirse viva.

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