jueves, 27 de junio de 2013

Y..

entonces juntos de nuevo,brindaremos por todos esos atardeceres que no vimos junto,por todos esos días desayunando solos y que por fin vamos a poder recuperar.



miércoles, 26 de junio de 2013

-quiero.


Y es que yo quiero ser el que nunca olvida tu cumpleaños,
quiero que seas mi rosa y mi espina aunque me hagas daño,
quiero ser tu carnaval,tus principios y tus finales,
quiero ser el mar donde puedas ahogar todos tus males,
quiero que seas mi tango de Gardel,mis octavillas,
mi media luna de miel,mi blus,mi octava maravilla.


martes, 25 de junio de 2013

.-


—¿Y no has hecho nada interesante desde la última vez que nos vimos?
—He dejado de fumar.
—¿En serio?
—¿Tanto te sorprende?
—Bueno, la nicotina era tu droga favorita.
—En realidad era mi segunda droga favorita.
—¿y cuál era la primera?
—El amor.
—Siempre igual.
—Quizá no tanto. Ya ves que he dejado algunas drogas durante este tiempo. Que he dejado los cigarros y no te he olvidado a ti.
—¿Has venido a rascar la herida, es eso?
—Creo que podríamos no haber salido tan jodidos de aquello, simplemente. Y soy poeta, cariño. Yo no sé salir sino es demasiado jodida de las cosas.
—Es una excusa sin sentido, no sé si te has dado cuenta. Lo que pasa es que te gusta tocar fondo, como si así probases que estás viva. Como si fuese una especie de competición, en la que no ganas una mierda.
—Te equivocas,sí que gano algo.
—¿El qué?
—Comprobar que sigo sin tirar la toalla. Que sigo teniendo la esperanza de que, algún día, y ojalá, si toco fondo, que lo hagas conmigo. Que eso es el amor, creo. Que alguien se derrumbe a tu lado.
—¿Amor no sería que alguien te ayudase a levantarte?
—Eso es lo que piensa todo el mundo, pero el mundo no sabe nada del amor.
—¿Y tú sí?
—Yo sólo sé que necesito rellenarme este cubata.
—Sí, hazlo. Esta noche necesitas escapar de alguna forma.
—¿Ves?tampoco me conoces tan mal.





L

Ojalá tú aquí.

O yo allí, donde estés.

Contigo.


lunes, 17 de junio de 2013

.

El tiempo y la distancia se han dedicado a joder muchas cosas bonitas. Así, de repente, un 21 de noviembre, un día cualquiera , te das cuenta de cuánto ha llovido, y de cuántas cosas ha arrastrado la lluvia. Te das cuenta de lo cambiados que estamos; de lo corroídos y distorsionados que hemos quedado. Ya no sonreímos igual, ni siquiera lloramos como antes. No,y ya sólo cerramos los ojos con la esperanza de volver, aunque sea unos segundos, a aquellos días en los que lo hacíamos todo juntos: paseos, comidas los domingos, cenas cualquier dia de la semana, los días de playa en verano... Siempre digo que sería bueno olvidar pero en este caso, hay cosas, recuerdos, que siguen manteniéndonos vivos. Y gracias.

martes, 11 de junio de 2013

.

Qué quedará de nosotros, de ti y de mí, cuando dejemos de intentarlo, cuando el orgullo gane el pulso y cuando le abramos la puerta al insomnio por las noches, de madrugada, y ya nada importe demasiado. Qué quedará cuando, en nuestras habitaciones , tumbados en la cama, parezcamos dos cadáveres, tan fríos y con esa triste sonrisa en la mirada que deja la distancia cuando mata. Qué quedará, yo no lo sé, no me preguntes; no me mires, voy a llorar, a correr tan fuerte y a huír tan rápido que quizá me rompa ahora mismo. Demasiadas ganas, cariño, demasiadas ganas me han caducado mientras te esperaba sentadita en todas mis indecisiones. Y no he podido hacer mucho. No pude aprender a olvidar antes de que comenzases a doler. Y nunca supe cerrar los ojos hasta desaparecer. Ha sido un poco como llegar demasiado tarde, pero ya me voy acostumbrando. Y de nuevo la única forma que tengo de gritar es escribiendo, ahogándome en palabras que nunca te dije, que siempre estuvieron ahí, calladas, quemándome la garganta y dejando cicatriz. Algunos "Te amo" y "Te echo de menos", otros "Ojalá estuvieses aquí" y un tímido "Vuelve pronto". Pero no. Pero no, ni tú ni yo, ni tú volver ni yo perseguirte. Ahora ya pasar página, sin querer, sin poder, con ese brillo en los ojos de que voy a llorar en cuanto deje de engañarme, que no soy tan fuerte. Y es que a mí, y eso ya lo sabes, siempre me han dado miedo los finales,las despedidas.. quizá porque son inevitables.

lunes, 10 de junio de 2013

En un mundo de grises.


Y confirme se iba acercando,mi corazón latía más fuerte.

Recuerdo... recuerdo que un día me llevó a ver un atardecer. No era el atardecer más bonito del mundo, pero tampoco importaba, recuerdo que allí, a su lado, sin prestarle atención a nada que no fuese suyo, odié no poder detener el tiempo. Odié que el contacto no fuese excesivo, que no hubiese suficiente ración de besos. Si existe un límite en todo, os aseguro que no había ninguno en las ganas que le tenía. Que yo aprendí a desvestirlo sin tocarlo, chicas. Que aprendí a fotografiarlo con palabras, en poemas que nunca me atreví a escribir. Que aprendí a besarlo sin rozar sus labios. Aprendí, y qué bonito, a echarlo de menos cuando estaba. A morir un poquito cuando se iba, y cuando decía "adiós" y sonaba como un disparo. Que yo por él lo dejaría todo.

Gris oscuro casi negro.

—¿Pero qué pasa si esa persona no vuelve?, ¿qué pasa si esperar te desespera y no tienes fuerzas ya ni para seguir buscando, y entonces miras hacia atrás y empiezas a vivir del pasado, de los recuerdos, de los quizás, de las segundas oportunidades...?
—Pasa que... nos rompemos. Y que la vida sigue y lo vamos perdiendo todo por el camino: las esperanzas, las ganas de sonreír, las ilusiones. Pasa que pasa el tiempo y no pasa nada, y que cada vez nos es más difícil levantarnos por la mañana y tener que luchar con el mundo. Pasa que, un día, ya nada importa demasiado: ni seguir, ni quedarte donde estás, ni que las cosas duelan, ni que venga alguien a curarte. 

Un mundo de grises.

—Deja de decir tonterías, no me gusta nada lo que estás diciendo.
—Ya... a mí tampoco. Pero estoy llegando a un límite. Estoy a punto de desbordar y, si antes lloraba, ya ni eso. Imagina cuántas cosas se me están acumulando en el precipicio de los párpados. Cuántas ganas de escapar se me están asfixiando en las piernas. Y, al final, supongo, todo se reduce a que he comprado mil flores y he escrito cien mil poemas de amor, pero nunca me he decidido a mandar ni las flores ni a recitar los poemas. Ha sido mi muerte. Mi muerte. Y, de llegar a saberlo, joder... pero es demasiado tarde, y es una pena que nadie vaya a venir a rescatarme. No, ya no, ya estoy muy lejos. Demasiado lejos.
—Yo. Yo iré a rescatarte. Y no me importa lo lejos que estés, ¿me estás escuchando?, ¡no importa lo lejos que estés!
—Ojalá.
—¡Déjate de ojalás! Esto es un hecho. Iré a buscarte, lejos, donde sea, y no me importa si me pierdo allí contigo. No me importa. Escucharemos a los monstruos juntos.
—¿Sabes? A veces sonrío cuando nadie mira. Y es la única forma que tengo de comprobar que, por muy lejos que esté, aún, hay una parte dentro de mí que desea volver. Creo que aún puedo dar media vuelta. 

domingo, 9 de junio de 2013

"Y es que yo no sabía que las ilusiones tenían fecha de caducidad"

Y,bueno,nos dijimos adiós entre comillas,con puntos suspensivos;como un "por qué" que nunca recibió respuesta.Y,el último día,la última hora que pasamos juntos,pensamos,realmente,que podíamos con todo y es que nosotros no sabíamos que las ilusiones tenían fecha de caducidad. 

viernes, 7 de junio de 2013

En un mundo de grises.

Ya estaba cansada de luchar, y reconoció que sus sentimientos eran más fuertes que ella. Así que tiró la toalla. 

—Te odio. —dijo ella.
—¿Por qué?
—Porque te amo demasiado.
—¿Y tengo yo la culpa de eso?
—Quizá no de que te quiera, pero sí de que me hayas enamorado. De que me sonrías como si me salvases, de que te quedes como si nunca fueses a irte, de que me hables por las noches y compartas mi insomnio, y de que te derrumbes a mi lado cuando yo me caiga. De todo eso eres culpable. De hacerlo todo perfecto, de parar el tiempo algunas veces, de acelerarme la respiración otras tantas, de que haya vuelto a creer en el amor cuando nunca antes lo había hecho,porque tenía doscientas mil razones para no hacerlo. Culpable eres de todas esas putas esperanzas que me dicen que todo saldrá bien, que me dicen que espere paciente a que me digas "Ven" para dejarlo todo, pero el problema es que yo ya lo he dejado todo. Que ahora sólo me queda mirar el reloj, y ver como las horas pasan, casi siempre matando, mientras no sé si sonreír, escapar o fumarme otro cigarro.

Y ella perdió la mirada en el horizonte, y quizá, posiblemente, también se perdió ella, allí, a lo lejos; "Y qué más da", pensaba para sí misma, "qué más da si ya no importa nada". Entonces él rompió el silencio.

—Si yo soy culpable de todo eso, tú también lo eres, cariño. Que te sonrío porque tú me has salvado; que me quedo porque es a tu lado donde llevo toda la vida queriendo escapar; que te hablo por las noches porque, al menos las mías, son todas tuyas, al igual que mi insomnio; que me derrumbo a tu lado porque, aunque no lo sepas, yo siempre te tengo cogida de la mano. Y qué me vas a decir a mí de hacer las cosas perfectas, si antes de ti sólo conocía el vértigo. Qué me vas a decir de parar el tiempo si, a tu lado, no existe; y que si yo te acelero la respiración, tú me la quitas, y que yo no sabía nada del amor hasta que tú decidiste entrar en mi vida. Y todo saldrá bien, cariño, o eso espero. Y si aún no te he dicho "Ven" es porque tengo miedo de que te vayas.

Y que tuviese miedo era normal. Aún, después de todo, sentía esa presión en el pecho que se siente cuando estás a punto de desnudarte del todo. Cuando sabes que, después, será demasiado tarde, y que podrán hacerte muy feliz o hacerte mucho daño. Que estaba a punto de saltar al vacío y sabía que podía morir. 

En un mundo gris.

Algo funcionará mal en nuestra vida, o puede que no sepamos sonreír lo suficiente y que nuestros miedos hayan cogido las riendas y nadie sepa ver en nosotros que, en realidad, en el fondo, sólo somos páginas en blanco, sin manchas ni pasado, sin arrugas ni cicatrices. Páginas en blanco esperando que alguien nos escriba algo bonito. Una historia de esas de amor que sólo vemos en las películas, y en algunos sueños. Historias de esas de amor con París y domingos de mantita y peli, y desayunos por la mañana después de hacer el amor en la ducha. Algo de eso. Y serán como siempre las expectativas, que han venido a joderlo todo. Serán como siempre las esperanzas, que nos siguen diciendo que nunca se irá. Y serán las circunstancias, que siguen sin ser las adecuadas. No preguntéis. Yo no sé más que vosotros. Yo sólo sé que estoy triste porque se me están acabando los ojalás. Y también porque él está aprendiendo a sonreír sin necesidad de que yo lo coja de la mano.