lunes, 10 de junio de 2013

Y confirme se iba acercando,mi corazón latía más fuerte.

Recuerdo... recuerdo que un día me llevó a ver un atardecer. No era el atardecer más bonito del mundo, pero tampoco importaba, recuerdo que allí, a su lado, sin prestarle atención a nada que no fuese suyo, odié no poder detener el tiempo. Odié que el contacto no fuese excesivo, que no hubiese suficiente ración de besos. Si existe un límite en todo, os aseguro que no había ninguno en las ganas que le tenía. Que yo aprendí a desvestirlo sin tocarlo, chicas. Que aprendí a fotografiarlo con palabras, en poemas que nunca me atreví a escribir. Que aprendí a besarlo sin rozar sus labios. Aprendí, y qué bonito, a echarlo de menos cuando estaba. A morir un poquito cuando se iba, y cuando decía "adiós" y sonaba como un disparo. Que yo por él lo dejaría todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.