martes, 29 de marzo de 2011

80.

Tengo el vicio de hacer todo de golpe, de que me de igual lo que pase luego. El vicio de reírme sola como una loca mientras recuerdo tonterías. El de caminar sonriendo, sobre todo después de ver a alguien especial. El vicio de no parar hasta caerme, o hasta que consigan pararme. De escuchar la misma canción muchas veces, hasta odiarla. De escribir frases sueltas y pensar que algún día alguien me las dirá. El de no sentirme mal cuando estoy triste, sino el de disfrutar un poco de la tristeza. El vicio de soplar al aire cuando hace frío. El de dormir y soñar rarezas, soy capaz de inventar otro mundo. El vicio de adentrarme en libros y vivir las historias, de sentirlas totalmente mías y leer poco a poco para no llegar nunca al final. De sentarme atrás en el coche y pensar en nada. Tengo el vicio de salir a la calle y mirar todo de una manera rara, de hacer encuadres como si fuera a fotografiarlo todo, y también de intentar decir las palabras que encajarían perfectamente en alguna de mis historias. Tengo el vicio de siempre creer que no me van a fallar. Y el de empezar las cosas por su final. También tengo el vicio de mirar a esa persona especial a los ojos, y pensar en todos esos sentimientos que por equis motivos, te vienen a la cabeza, y lo único que se te viene en gana es poder besarlo y abrazarlo como si el mundo se acabara después, y creo, que ese es uno e los mayores vicios que una persona humana puede tener.


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