Una habitación cubierta de fotos y recuerdos tirados por el suelo y una atmósfera llena de silencios, los silencios que ni él mismo era capaz de callar, descubiertos por el dolor de corazón. Noches en vela, humos de bares y múltiples intentos de sofocar la ansiedad a base de alcohol. A sus zapatos de tacón le acompañaba un desafiaste rímmel y un carmín rojo desgastado a base de besos robados. Estos son los motivos de mi insomnio, esas ganas de matar al miedo y renacer de nuevo a tu lado. De mostrarme en el espejo tal y como yo era, sin necesidad de ir disfrazada bajo un antifaz para maquillar echarte de menos. Necesito tu compañía y la estabilidad de mis noches.
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