jueves, 17 de marzo de 2011

Treinta y cuatro.


¿Sabes? La tarde pesa, tira de mis tobillos. No, no tira hacia atrás. Tira hacia fuera. De hecho es muy posible que la cuerda que me dibuja rozaduras en el tobillo esté atada a una nube. El viento hace que la Tierra rote a mayor velocidad. Estoy cansada de agarrarme a mis sábanas para no salir despedida por la ventana. Me ha faltado poco para irme con la puesta de sol, pero me da miedo volar tan lejos. No llevo nada conmigo. Ni siquiera me llevo a mí. Me he quedado a fotografiarlo.
Los murmullos recorren la planta inferior y yo miro a un punto fijo, buscando el enfoque adecuado, sin prestar atención a lo que miro. Sólo intento enfocar. Me rindo y me quito los pantalones y la camiseta. Me tumbo sombre el mármol. Hoy no quiero esforzarme ni dedicar tiempo a las metáforas. Quiero describir esta oscuridad tal y como es, con la facilidad que tiene para erizarme la piel y con la espesura que trata de repartir por toda la habitación. Tan espesa que puedo caminar en su tormenta. Tan conmovedora que ya no recuerdo qué coño es el amor. Una oscuridad arrulladora, perpleja al verse reflejada por vez primera en un espejo. Un espejo retorcido, tan negro como su sombra. Un espejo con las esquinas rotas y con el marco degastado. Sucio y con huellas recorriendo su superficie de extremo a extremo. Una fina cortina lo cubre y sólo de vez en cuando el viento logra ondearla. Penetrar en el reflejo no es tarea fácil. La cortina se va convirtiendo en hormigón cada vez el minutero se arrastra sobre el eje.
Con la entrada de la luz, la oscuridad ya ha encontrado cobijo en donde poder renacer las veces que las persianas abiertas se lo pidan. No ha tardado en acurrucarse en mis pupilas. Su tamaño inmesurado me ha encharcado los ojos y el sol me ha ayudado un poco a secarlos. Nunca pensé en esto. Nunca pensé que fuese capaz de taparme con la mirada.
Jode suspender un examen que te has empollado, jode no tener abrazos, jode madrugar, pero no sabes bien lo que jode perder la mirada. No sé en qué alcantarrilla la dejé y a veces me gustaría delatarme sólo con pestañeos .





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