viernes, 18 de marzo de 2011

Cuarenta y cinco.

No puedo prometerte cosas imposibles, no puedo asegurarte que todo ira bien, no puedo conseguirte todo lo que me pidas, no puedo disimular nuestros errores; pero tampoco puedo mirarte a los ojos sin que mi mirada exprese esas dos palabras tan sobrevaloradas, esas que hacen que todo tenga sentido y nada pueda superarlo. Esas que salen sin pensar, sólo con sentir.





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